El tradicional Bar Queirolo, un ícono del Centro Histórico de Lima, se ha visto obligado a cambiar su nombre a «El Emblemático Q» tras una resolución administrativa de Indecopi. La medida, acatada por los propietarios del establecimiento, surge a raíz de un proceso legal iniciado por los dueños de otro negocio con una denominación similar.
Los administradores del local, con más de un siglo de historia, comunicaron la decisión y precisaron que la restricción les impide seguir utilizando el apellido familiar en su nombre comercial. A pesar del cambio, han querido transmitir un mensaje de tranquilidad a sus clientes, asegurando que el espíritu y la esencia del bar no se verán alterados.
Un legado que se remonta a 1910
Defendiendo su trayectoria, los herederos del bar recordaron que sus orígenes se remontan a 1910, cuando operaba bajo el nombre de Bodega La Florida. Fue en 1933 cuando el inmigrante genovés Ernesto Queirolo adquirió el establecimiento, consolidando una marca que por generaciones ha sido sinónimo de cocina criolla, vinos y enriquecedoras tertulias.
Conocido por sus emblemáticos sánguches de jamón, ravioles con asado y platos tradicionales como el cau cau o el arroz con pollo, el bar se convirtió con el paso de los años en un punto de encuentro para escritores, artistas y poetas. De hecho, uno de sus salones lleva el nombre del colectivo literario Hora Zero, que en la década de 1970 hizo del bar el escenario de sus tertulias bohemias.
Debate y esperanza de una pronta solución
Los representantes del local han dejado en claro que, si bien acatarán la decisión legal, el nuevo nombre no borrará la relevancia cultural que el bar ha construido a lo largo de su historia. «Nuestra bodega tiene una trayectoria mucho más antigua, reconocida por generaciones como un espacio emblemático de Lima, donde convergen la buena cocina, el arte y la cultura», indicaron. Además, manifestaron su esperanza de que esta restricción sea «temporal».
La resolución de Indecopi ha generado un debate entre los comensales y clientes habituales, quienes consideran que la tradición de un establecimiento tan arraigado en la cultura limeña debería prevalecer frente a disputas comerciales.
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