Por: Sofía Pichihua
El derrame de hidrocarburos en el terminal multiboyas N°2 de la refinería La Pampilla, en Ventanilla, ha movilizado equipos de especialistas para la atención de la emergencia ambiental. Para la limpieza de las aguas y su posterior remediación, la tecnología es hoy un aliado clave que permitiría reducir los plazos de recuperación de la calidad del mar.
Entre estas innovaciones tecnológicas que pueden ser empleadas para la limpieza del mar están la nanotecnología, el uso de drones e imágenes satelitales para el monitoreo de las labores de limpieza, robots para la vigilancia, así como otros materiales que puedan absorber el peso de estos hidrocarburos.
Hasta ayer, más de 4 mil galones de petróleo han sido extraídos del mar de la Bahía de Ancón gracias al uso de dos equipos tipo skimmers, informó Sernarp. Estos aparatos son utilizados para la recuperación o extracción de petróleo que ha sido derramado en la superficie del agua.
El skimmer es un equipo de succión que permite la separación del aceite (petróleo) y el agua, debido al peso específico distinto de ambas soluciones.
A su vez, el científico Marino Morikawa informó que realizó una exitosa prueba logrando separar hasta el 98% del contaminante en una simulación de derrame de petróleo. El skimmer de la serie Nutria, fabricado por el investigador peruano, absorbe el petróleo. «Luego va a pasar por un sistema de separación de agua y aceite, y vamos a almacenarlo (para su reutilización)”, explicó en Facebook.
El sistema anfibio permite que se emplee esta tecnología en lagos, lagunas, el mar e incluso superficies sólidas contaminadas, agregó el investigador, reconocido por su labor en la descontaminación de parte del lago Titicaca.
Luego de un proceso de limpieza adecuado, se debe emplear un sistema nanotecnológico basado en sustratos orgánicos para recuperar la calidad de las aguas (remediación).
Robots teleoperados desde la costa o a mar abierto
El uso de robots autónomos es otra propuesta que no solo facilitará la limpieza, también reducirá los riesgos de exposición de los especialistas a cargo de esta labor. El ingeniero Francisco Cuellar Córdova, investigador principal de la PUCP, señaló a la agencia Andina que el uso de robots para superficies de agua equipados con sensores y un aparato skimmer podrían cumplir la labor de separación del petróleo, además de contribuir en el análisis de la evolución del proceso.
En el 2017, con fondos del Concytec, su equipo en TUMI Robotics – en alianza con Sernanp– diseñó un bote teleoperado que puede navegar de manera autónoma con zonas multiparámetro para evaluar la acidez y temperatura del mar. El robot también cuenta con sensores para medir materia orgánica y para tomar muestras del agua, así como permite sacar imágenes 3D del fondo marino, de manera georreferenciada.
Durante los próximos días, el investigador -quien también lideró un proyecto de robot para detectar fallas en tuberías- pondrá en marcha pruebas de un bote de mayor tamaño.
“A este bote se le puede hacer una adaptación para que lleve un aparato Oil skimmer que permita separar el petróleo del agua sin poner en riesgo a las personas”, afirmó el ingeniero Cuellar. Se debe evaluar si puede funcionar mejor desde la costa o a mar abierto.
Drones y uso de imágenes satelitales para un monitoreo permanente
El uso de drones no solo es de utilidad para la prevención y detección de fugas, también para el monitoreo permanente del proceso de remediación. Al respecto, el Dr. Javier Sotomayor, docente del Departamento de Ingeniería de la PUCP e investigador principal cofinanciado por Prociencia y el Banco Mundial, explicó a la agencia Andina que las tecnologías visuales han reemplazado exitosamente los mecanismos de captura de imágenes con helicópteros que, además de costosos, requieren de recursos humanos y de un mayor tiempo para su recolección y posterior análisis.
“En prevención, los drones se usan para el monitoreo de tuberías que miden kilómetros, por lo que se hace una inspección para evitar fugas”, sostuvo.
La detección temprana también es clave por lo que, luego de conocerse la ubicación de la fuga, los drones pueden ser enviados para medir el avance y cuantificar el derrame. A su vez, se podrá vigilar la evolución de la emergencia ambiental durante el proceso de limpieza.
Esta propuesta se complementa con otras tecnologías visuales como el análisis de imágenes satelitales. El ingeniero ambiental Lucio Villa, investigador de la Universidad Nacional Agraria La Molina, señaló a la agencia Andina en una reciente entrevista que la red de satélites de Planet Scope reveló que el derrame de petróleo en Ventanilla alcanzó una longitud de hasta 5 km de largo, y se desplazó a más de 30 km en los primeros dos días desde que ocurrió la tragedia.
Desde que se alertó sobre el derrame de petróleo, la Agencia Espacial del Perú – CONIDA viene entregando imágenes satelitales del daño ambiental en el litoral peruano gracias a la información obtenida por el PerúSAT-1 y a los satélites de la comunidad internacional a los que se tiene acceso a través de cooperación.
Sensores inteligentes, inteligencia artificial y otras tecnologías
El uso de sensores inteligentes para el estudio de comportamiento de fluido también es importante para la rápida detección y el análisis del proceso de recuperación, afirmó el Dr. Sotomayor.
“Los sensores inteligentes permiten detectar indicadores como el desbalance de presión, lo que podría advertir de una fuga de hidrocarburos”, dijo. Su instalación depende de un estudio previo sobre la distribución de las tuberías, además que deben generar una alarma en caso de fugas.
El investigador de la PUCP también resaltó que la inteligencia artificial contribuye para reducir los tiempos de análisis de imágenes si es que se cuenta con los recursos disponibles.
Sin embargo, destacó que las empresas deben incidir en la prevención. Es por ello que lidera un proyecto, cofinanciado por Prociencia y el Banco Mundial, para el diseño de un software que permita diferenciar las fallas por derrame de hidrocarburos o por el mal funcionamiento de los equipos en oleoductos.
A la fecha, el equipo de investigadores ha obtenido buenos resultados sobre el primer método propuesto, que incluye el uso de sensores y algoritmos diseñados para la detección. En una siguiente etapa, que empezará en febrero del 2022, se espera probar un nuevo método para medir la efectividad y reducir el tiempo de detección a pocos minutos. Para ello, se realizan pruebas en una planta experimental construida en el campus universitario.
Por otro lado, el uso de nanotecnología para la limpieza del mar ha generado experiencias positivas en el extranjero. En el 2012, un equipo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) reveló que se utilizó una nueva técnica para separar magnéticamente el petróleo del agua.
La investigación propone el uso de nanopartículas ferrosas repelentes al agua que se mezclarán con el agua para luego separarse mediante imanes. Posteriormente, estas nanopartículas se eliminarán del aceite para su ruso.
Por su parte, un grupo de investigadores de la Universidad de Wollongong (Australia) y de la Universidad de Beihang (China), inspirados en el comportamiento de filtración de flujo cruzado de las branquias de los peces, propuso el diseño de una membrana inteligente para la recolección del aceite derramado.
El estudio, publicado en la American Chemical Society, probó que los poros de la membrana no se obstruyen cuando separa los líquidos. Este filtro -que funciona como las estructuras de la garganta de los peces que se alimentan por filtración- debe ser integrado a un barco para una limpieza a larga escala.
Además, los científicos de la Universidad de Chicago y del Laboratorio Nacional de Argonne, en Estados Unidos, dieron a conocer, en el 2017, la fabricación de una nueva espuma que puede extraer el aceite disperso en el agua. La “Oil Sponge” puede ser escurrida para reutilizar y recuperar el petróleo.