Por: Carlos Penalillo Pimentel (*)
Luego de haber conseguido, hace dos años, convencer a los ingenieros de las empresas proveedoras de los equipos más importantes de nuestros procesos de tamizaje serológico, estudios inmunohematológicos, separadores celulares, fraccionadores, hemobásculas, etc. acortar los tiempos de mantenimientos preventivos, por nuestra altísima carga de trabajo y el elevadísimo número de muestras que procesamos en nuestro hospital, de seis a tres meses, y habiendo demostrado con cifras reales la disminución de ocurrencias o necesidades de mantenimientos correctivos, nos vemos obligados por las circunstancias actuales a seguir mejorando en lo avanzado.
No basta con estar al día en los cronogramas anuales establecidos, en tener los reportes completos de cada uno de los equipos (lo primero que solicitan en las supervisiones), también debemos estar alertas en las condiciones contractuales, principalmente en el año de fabricación, el cual no debe sobrepasar de los cuatro años ni valerse de artimañas para extenderlas, la experiencia y la práctica nos demuestran que obligatoriamente deben proceder al cambio correspondiente.
Es así como sale a la palestra otro tipo de mantenimiento y no menos importante, el PREDICTIVO que resulta muy necesario en ciertas realidades coyunturales, no hay que ser adivino ni pitoniso para prever situaciones que más temprano que tarde se presentarán. Cuando los buenos y confiables amigos del área de mantenimiento hospitalario renunciaron, por falta de pago, inmediatamente nos imaginamos el incierto futuro inmediato que nos esperaba. Es lo que estamos viviendo, pero ese es otro cantar, regresemos a lo supuestamente normal.
El mantenimiento preventivo tiene como objetivo detener los fallos mecánicos antes de que ocurran. Reduce los costos asociados con las interrupciones no planificadas al permitirle controlar cuándo y cómo se producen los períodos de inactividad. Disminuye el riesgo de mal funcionamiento al emplear inspecciones y limpiezas regulares, así como pruebas periódicas, que también deben incluirse todos los equipos de soporte electrónico y cómputo.
Éste suele basarse en un cronograma preestablecido. Es un programa de mantenimiento para evitar fallas en los equipos. Por lo general, sigue las instrucciones del fabricante y las condiciones solicitadas por el usuario. Debemos de ver, observar, actuar, realizar, asegurar. Los programas de mantenimiento preventivo deben continuar durante toda la vida útil de un equipo.
En tal sentido, está basado en condiciones que utiliza datos en tiempo real para comprender el estado de un determinado equipo, lo que significa que el mantenimiento solo se puede realizar cuando se cumplen ciertos criterios. Estos criterios pueden sustentarse en factores ambientales, como la temperatura, humedad, electrostática, contaminación de señales o en mediciones del rendimiento del propio equipo, según sea su característica y uso, principalmente por la carga de trabajo que será sometido en el tiempo.
El mantenimiento predictivo va un paso más allá. Toma la información obtenida del mantenimiento según el estado actual y la combina con datos sobre la antigüedad del equipo, el historial de servicio, fallas o reparaciones anteriores para monitorizar y la optimizar en tiempo real el comportamiento de los equipos.
Tanto el mantenimiento preventivo como el predictivo crean valor a largo plazo al mejorar la eficiencia de los equipos, minimizar fallos, reducir los costes directos de mantenimiento, limitar las paradas en la producción y analíticas, garantizar una mayor eficiencia y fiabilidad, avalar la seguridad y certificar la confiabilidad de los resultados.
Los programas de mantenimiento también tienen beneficios a largo plazo cuando se trata de servicios al final de su vida útil. Al monitorizar el estado de los equipos, es posible predecir con mayor precisión cuándo será necesario realizar modificaciones o actualizaciones. Esto, a su vez, extiende aún más la vida útil de sus activos y continúa impulsando para las empresas proveedoras el retorno de la inversión.
Resulta entonces, como conclusión, que tenemos que dirigir nuestro enfoque e incluir en nuestra rutina a los mantenimientos predictivos, básicamente con las empresas proveedoras por obvias razones, siempre con la mentalidad de mejora continua, el trabajo cordial en equipo, pensando en la calidad de los servicios que prestamos y los productos que obtenemos de las donaciones de sangre, evitando situaciones de incertidumbre ya que funcionalmente en los bancos de sangre, un error puede ser causante de una o varias muertes.
(*) Tecnólogo médico, especialista en Hemoterapia y Banco de Sangre, docente e investigador.
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