El 8 de diciembre de 1925, en la ciudad de Lima, nació Augusto Salazar Bondy. Realizó sus estudios primarios en el Colegio Alemán, mientras que, sus estudios secundarios fueron en el Colegio San Agustín. En abril de 1945 inició sus estudios en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, actividad que intercaló con la enseñanza en el Colegio San Andrés.
El 29 de diciembre de 1950 optó el grado de Bachiller en Humanidades sustentando la tesis: El Saber, La Naturaleza y Dios en el Pensamiento de Hipólito Unanue. Su interés por la obra de Unanue marcó sus primeras publicaciones. Anteriormente publicó Hipólito Unanue en la Polémica sobre América (Documenta, Lima. 1949-1950). Y su trabajo Las Ideas del Saber y Dios en el Pensamiento de Hipólito Unanue, le permitió ganar el Premio Nacional de Fomento a la Cultura “Alejandro Deustua” en 1951. Un año después, realizó su primer viaje por Europa.
El 13 de agosto de 1953 se graduó de Doctor en Filosofía (UNMSM) con la tesis Ensayo entre la Distinción entre el Ser Irreal y el Ser Real. En 1954 ingresa como docente a la Decana de América dictando los cursos: Metodología de la Filosofía y las Ciencias Sociales (Facultad de Educación); Introducción a la Filosofía; y Ética (Facultad de Letras).
Siendo un filósofo, intelectual, investigador y docente consagrado, es convocado por el gobierno del general Juan Velasco Alvarado para colaborar con las reformas educativas. En 1970 es vicepresidente de la Comisión de la Reforma de la Educación.
Pese a su altísimo nivel académico y producción investigativa, siempre colaboró con artículos para la prensa. Muchos lo consideran periodista. En enero de 1974 publicó 5 artículos en el diario Expreso utilizando el seudónimo Filodemo Yupanqui. Era la columna La Viga en el Ojo. A diferencia de Salazar Bondy, el lenguaje de Filodemo Yupanqui contiene muchas palabras del argot popular. Expresiones del criollismo urbano popular. El elaborado concepto filosófico deja lugar a la denuncia directa. Filodemo Yupanqui escribe:
“Les recomiendo, queridos compadritos y comadritas, el artículo que con este título escribe el domingo en La Prensa el zambito Hoyos Botero. ¿Es de mamey! En realidad, me parece que lo que escribe ese pata no es tan importante como que La Prensa, diario “serio”, lo haga suyo. Ustedes solitos se darán cuenta de esta aberración con algunos párrafos escogidos del artículo de marras” (Watergate, una Tempestad en un vaso de WHISKY. Expreso, 10 de enero de 1974. pag. 19).
“Compadritos y comadritas”; “el zambito”; “ese pata”; son algunos de los términos que podemos leer en la primera parte del texto. Además, indica que La Prensa es un “diario serio”. No cabe duda de que, para 1974, la lucha entre los sectores civiles que apoyaban las reformas y los sectores de la ultraderecha oligárquica era cada vez más encarnizada en los medios de comunicación.
En otro artículo ligado a la realidad de la universidad peruana, Filodemo Yupanqui anotó:
“Pues un tremendo asalto, en el que han molido a palos a estudiantes, profesores y empleados de la Villarreal (al pobrecito tesorero lo han condecorado con un fierrazo y una tremenda puñalada, además de los puñetazos y patadas de reglamento). Treinta heridos como saldo de la operación. Los asaltantes, los pirulos, las manoplas y las cadenas, tienen marca de fábrica. Se ve claro que son Made in Alfonso Ugarte, modelo aprista. Pero vayan ustedes a buscar esa revelación en La Prensa y en El Comercio; se cansarán” (La Universidad al Agua. Expreso, 18 de enero de 1974. pag. 10).
La situación en la universidad pública peruana fue de conflicto de aquellos grupos y partidos políticos que controlaban desde los ingresos hasta la titulación. Mafias instaladas en los centros académicos superiores. El intento por democratizar la universidad peruana encontró una fuerte resistencia. La violencia acompañará todo este proceso. Mientras en otras universidades el enfrentamiento fue entre grupos de izquierda marxista; en la Villarreal, se enfrentaron facciones del Partido Aprista Peruano en su afán de “recuperar su universidad” de la presencia de “rojos y rábanos”. Y Filodemo Yupanqui se convirtió en una suerte de cronista de esta etapa de crisis. Mientras, rechaza la complicidad de los diarios oligárquicos como La Prensa y El Comercio.