La Municipalidad de Lima, bajo la gestión del alcalde Rafael López Aliaga, enfrenta una ola de críticas por su reciente propuesta de construir dos pasos a desnivel elevados en San Isidro, específicamente en la avenida Javier Prado. Víctor Bazán, ex regidor de San Isidro, calificó la iniciativa como una muestra de «improvisación y carencia de diálogo», una constante, a su juicio, en la actual administración limeña.
Los proyectos, a cargo del Fondo Metropolitano de Inversiones (INVERMET), contemplan la construcción de un viaducto desde la Av. Las Begonias hasta la Av. Arenales y otro desde la Av. Los Eucaliptos hasta la Av. Gregorio Escobedo. Con una inversión que supera los 440 millones de soles, estas estructuras ignorarían un plan maestro más integral desarrollado en 2007 por el Consorcio Javier Prado.
Un contraste de visiones: Soterrar vs. Elevar
Bazán recordó que el proyecto original del Eje Vial Javier Prado, que abarcaba desde la Av. La Marina hasta el Óvalo Monitor, proponía una solución distinta para San Isidro: el soterramiento de la avenida. Esta alternativa buscaba preservar la calidad ambiental del entorno, permitiendo que el transporte público y el tráfico rápido circularan por el subsuelo, con paraderos y salidas de empalme, mientras que el paso a nivel de superficie se destinaría al tránsito local.
«Estamos totalmente de acuerdo en que la intervención en esta parte de la Av. Javier Prado debe ser soterrada. Es la única forma de garantizar respeto al ambiente y no afectar el entorno, protegiendo y mejorando la calidad de vida de los vecinos», enfatizó Bazán. Según el ex regidor, el soterramiento reduciría significativamente la contaminación ambiental y sonora que actualmente padecen los residentes.
«Inmensas moles grises»: Preocupación vecinal y ambiental
En contraste, la propuesta de López Aliaga plantea la edificación de «dos inmensas moles grises de cemento», una de 1.4 km y otra de 1.7 km, similares al paso a desnivel ‘Monitor Huáscar’ de Santiago de Surco. «Quieren construirlos frente a los segundos y terceros pisos de nuestros vecinos de Javier Prado. Esto es verdaderamente inconcebible», comentó Bazán.
El impacto ambiental es otra gran preocupación. Mientras la tendencia mundial es incrementar las áreas verdes para combatir la contaminación, los proyectos municipales pretenden eliminar gran parte de la vegetación de las medianas de la Av. Javier Prado. «Esto no solo afectará la salud de los residentes, sino que también generará zonas oscuras, incrementando la inseguridad y devaluando las propiedades», advirtió Bazán.
Diálogo ignorado y movilidad sostenible olvidada
El ex regidor hizo un llamado al alcalde de Lima para que reconsidere su postura y dialogue con la ciudadanía. «La democracia es algo más que votar cada cuatro o cinco años; es también respeto a la opinión de la mayoría, más aún cuando las obras proyectadas van a afectar directamente su calidad de vida», sentenció.
Bazán recordó que San Isidro ya fue dividido por la Vía Expresa y ahora se le pretende «dividir una vez más con estas barreras de cemento». En lugar de estas infraestructuras, el distrito requiere «más áreas verdes, cruceros peatonales bien planteados, más y mejores ciclovías, mejor iluminación, modos de transporte eficiente y la recuperación del espacio público para las personas».
Finalmente, Víctor Bazán concluyó que lo que San Isidro necesita es una «movilidad sostenible, con obras que unan al distrito y no mayor contaminación ambiental, visual ni sonora». La comunidad espera que el alcalde López Aliaga escuche sus demandas y opte por soluciones que realmente beneficien a los limeños.
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