Alerta Planetaria: El corazón de la Tierra se frena e invierte su rumbo, desatando consecuencias globales

El planeta está cambiando desde sus entrañas. En un descubrimiento que sacude los cimientos de la geofísica, un estudio publicado en la prestigiosa revista Geociencia de la naturaleza revela que el núcleo interno de la Tierra, una colosal bola de hierro y níquel más caliente que la superficie del sol, no solo ha frenado su vertiginosa rotación, sino que podría haber comenzado a girar en sentido contrario. Este fenómeno, detectado a más de 5,000 kilómetros bajo nuestros pies, ya estaría teniendo efectos sutiles pero medibles en la superficie.

Científicos de la Universidad de Pekín y la Universidad del Sur de California, tras analizar las ondas sísmicas de terremotos ocurridos en las últimas tres décadas, han llegado a esta asombrosa conclusión. «Pensamos que el núcleo central está, respecto a la superficie de la Tierra, en rotación hacia una dirección y luego hacia la otra, como un columpio», explicaron los autores del estudio, Yi Yang y Xiaodong Song.

Este vaivén planetario no es un evento aislado. Los datos sugieren que la Tierra opera en un ciclo de aproximadamente 60 a 70 años, y la última vez que ocurrió una inversión similar fue en la década de 1970. Hasta 2009, el núcleo giraba más rápido que la superficie, pero desde entonces ha ido perdiendo velocidad hasta casi detenerse para iniciar ahora su inversión.

¿Qué significa esto para la humanidad?

Aunque no sentiremos el cambio bajo nuestros pies, las consecuencias de este reajuste cósmico ya están en marcha:

  • La duración de los días se está alterando: La rotación del núcleo influye en la velocidad de giro de todo el planeta. Este fenómeno podría estar acortando la duración de nuestros días. Aunque se trata de variaciones de milisegundos, estos cambios acumulados a largo plazo podrían impactar en los procesos climáticos globales.
  • El campo magnético en riesgo: El núcleo actúa como un dinamo gigante que genera el campo magnético, nuestro escudo protector contra la dañina radiación solar. Una alteración en su rotación podría afectar este escudo, con implicaciones directas para las redes de comunicación, los sistemas de navegación como el GPS y la vida en la Tierra.
  • Aumento de la actividad geológica: La interacción entre el núcleo y el manto terrestre podría verse modificada, lo que podría influir en la actividad sísmica y el movimiento de las placas tectónicas, desatando una mayor actividad geológica en la superficie.

Este descubrimiento abre una nueva era en la comprensión de la dinámica interna de nuestro planeta. Si bien los científicos señalan que no hay motivo para un cataclismo inminente, enfatizan la importancia de monitorear estos cambios para anticipar sus efectos a largo plazo en nuestro clima, tecnología y la estabilidad geológica del mundo que habitamos.

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