Por: Augusto Lostaunau Moscol
Próximo a iniciar el primer semestre del año académico 2022, en las universidades, los jóvenes ingresantes escucharán la frase: “Ahora el conocimiento puro no existe; tenemos que ser multidisciplinarios”. Es decir, desde hace cuatro décadas atrás, existe una corriente del conocimiento que sostiene que los “especialistas” no tienen capacidad de entender la realidad; por el contrario, se necesita de los “todistas” quienes basándose en una supuesta “multidisciplinariedad” se asume que tienen mayor capacidad de comprender la realidad.
Pero, esta supuesta “multidisciplinariedad” no es gratuita; es -necesariamente- un discurso de sobrevivencia. Mejor dicho: “¿Quieres comer? Entonces tienes que decir: “soy multidisciplinario”. Y, los acontecimientos ocurridos en el Perú durante los últimos tres años son el mayor ejemplo de ese supuesto “todismo”.
El 2019 los llamados “opinólogos” (porque en realidad nadie sabe qué estudiaron y de qué se titularon) se entretuvieron -y algunos ganaron su dinerito extra- comentando y “opinando” sobre la denuncia de tráfico de influencias y contrataciones absurdas -las famosas consultas y asesorías free lance- ocurridas en el Ministerio de Cultura. Esos mismos “opinólogos” luego hicieron lo mismo con el pedido de vacancia presidencial por incapacidad moral. Ocurrida la vacancia, los mismos “opinólogos” se entretuvieron sobre la viabilidad de un gobierno de transición. Hasta que, los mismos de siempre, opinaron sobre la posible denuncia y condena del vacado y de los vacadores.
El 2020 nuevamente sus “importantes labores” fueron requeridas para “analizar y opinar” sobre la pandemia. La Covid-19 se convirtió en el tema central. Todo era Covid-19. Se opinó a favor y en contra de las medidas adoptadas por el Ejecutivo. Sobre los bonos. La suspensión de clases escolares. Sobre la virtualidad. Sobre la posible creación en un laboratorio del virus de marras. Si fue Estados Unidos o China. Sobre los tratamientos. La falta de oxígeno en los hospitales. La carencia de camas UCI. Pero, todo venía con su mentira -para poder cobrar-. Se dijo que “nuestro sistema de salud”, cuando en realidad el Perú no cuenta con un verdadero y real sistema de salud, había colapsado. Se dijo que “nuestro sistema educativo”, cuando en realidad el Perú no cuenta con un verdadero y real sistema educativo, había fallado. Se dijo nuestro “sistema de seguridad nacional”, cuando en realidad el Perú no cuenta con un verdadero y real sistema de seguridad nacional, era defectuoso. Y así podemos enumerar tantas mentiras y falsedades.
El 2021 nuestros “opinólogos y analistas políticos” se relamieron con las Elecciones Generales 2021. Dijeron de todo de los candidatos, sobre todo en la segunda vuelta. Hablaron de las vacunas. De la designación de ministros. De la importancia que “existan requisitos para ser ministro”. De los sueldos en el gobierno. De la vista a Palacio de Gobierno. Día tras día y semana tras semana dijeron lo mismo. Nuestros “multidisciplinarios todistas opinólogos y analistas políticos” incluso vaticinaron que el dólar llegaría a seis soles a fin de año. Poco más y leen naipes, líneas de la mano y otras líneas más.
Pero, ninguno de nuestros “multidisciplinarios todistas” opinó sobre la tan alardeada “Calidad Educativa”. Nada sobre el Derecho a la Salud. Nada sobre los Derechos Laborales. Menos sobre la Publicidad Estatal. Es que nuestros “opinólogos” son multidisciplinarios y “todistas” para poder sobrevivir. Para llenar la olla con frijoles y bistec. Académicamente son mediocres y profesionalmente no existen. Tienen derecho a trabajar, pero no tienen derecho a mentir y engañar. Tienen derecho a ser empleados mentales, más no tienen derecho a destruir el país.