Por: Néstor Díaz
En el marco de la fecha FIFA doble, a escasos días del despertar de primavera, Perú tiene la chance de salir del fondo, del sótano de la tabla en las Eliminatorias rumbo al Mundial 2026. El coloso de José Díaz luce con blancos en las gradas inferiores y esquinas. Las entradas se remataron para colmar de hinchas que, más fueron a ver a una Colombia sub Campeón de América y medio tiempo a James Rodríguez.
Y es que el de a pie no cree ya en la selección, el disco de «matemáticamente clasificamos» se rayó, se rasgó en la casetera. Los muchachos del «Nono» dejan la sangre en el gramado, el juego se torna intenso, vehemente y con cortes de ambos lados. Otro gol de Lapadula es invalidado por off side, el estadio estalla al no observarlo nuevamente en cámara lenta y con líneas horizontales. Zambrano se lo engulle vivo a Jhon Córdoba, habilidoso atacante cafetero. Es lo que tenemos, coraje, brío, intrepidez, no podemos pedir más a este equipo que simula rearmarse de las cenizas.
Un centro al área rasante, de esos que emanan fuego por parte de Peña, se pasea por las narices del portero «colocho»; es el momento de Alexander Callens para meter la pierna cerca al segundo palo y clavarla al fondo de la red. Gol peruano, después de una sequía que asemeja a plaga. Bordea el minuto 68, ¿y ahora para defender lo restante? Se necesita control en la mitad de la cancha, manejo de los tiempos, concentración al máximo en la zaga.
Precisamente eso último escaseó, para que a los 82 minutos Luis Díaz (Liverpool), tras un córner perfecto y un pivote, de «media palomita» la mande a guardar y sellar el 1 – 1. Una actuación a la altura de estos lances, pero, eso no basta para aspirar un cupo al próximo mundial; se debe sumar de a tres. «Es una eliminatoria … es otro contexto entonces hay que acomodarse rápido porque queremos sumar», anota Nestor Lorenzo, técnico de la tierra del Vallenato. Es la consigna en este tramo: sumar y escalar – Colombia lo consiguió frente a Argentina, en la siguiente fecha – . Lo demás quedará para los reportajes camuflados.
En Quito no es distinta la novela, los nuestros se replegaron, no generaron ataques contundentes por la escasa o nada creación en el medio campo. No existe excusas por la altura, los ecuatorianos se adueñaron del match y mantienen su posición en zona de clasificación. A los 54 minutos Enner Valencia de un furibundo cabezazo liquidó el sueño peruano.
No es casualidad que nos tapen la boca de balón aéreo. Los datos estadísticos son impresentables: últimos de la tabla, con solo dos puntos, producto de solo dos empates y seis derrotas. La selección de todos es la única de estas Eliminatorias que no ha podido sumar ninguna victoria. Que Roberto Chale nos ilumine desde arriba para emprender un verdadero cambio generacional, desarrollar un trabajo a largo plazo, como primera meta el mundial 2030. Disculpa «niño terrible» por tan poco y gracias por tu legado, digno ejemplo para la juventud pelotera.
Nuestra historia nos remarca que contamos con talento de buen pie, con futbolistas excavados de los rincones del territorio, de gran calidad. ¿Qué podrán decir ahora los Cueto, los Velázquez, los Cubillas, los Chumpitaz…?; que alguna vez situaron al fútbol peruano en la cúspide mundial. Ellos y sus familiares no se merecen contemplar la tabla desde abajo, como la última rebanada de pan del día anterior. Algunos pueden pregonar que eran otros tiempos, claro, con canchas parchadas de diferentes tipos de gras, si lo había.
Si colocamos a las dos generaciones de los años 70 y 80 en nuestros días, con todas las facilidades de entrenamiento, exorbitante sueldo, nutrición de categoría; ya estuviéramos clasificados y en los principales diarios europeos los rostros de los peruanos lucieran cada mañana.
Pero no vivimos de suposiciones, es solamente un ejercicio. La realidad es ahora, el fondo de la tabla, en la banca no hay un recambio que pueda doblar los destinos de un match; lo de Rusia fue un chispazo.
En estas clasificatorias queda meter la pierna en alto, que luzca la acriollada y salvar nuestro honor; es el himno, no queda de otra. ¡Centro al área y tú tienes el balón!
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