El costo invisible del periodismo

Por: Javier Yoplac (Editorial)

La inesperada partida de Jaime Chincha ha conmocionado a muchos. Si bien abundan las especulaciones sobre su fallecimiento, y ante la falta de información detallada, es crucial reflexionar sobre un aspecto vital que a menudo descuidamos: nuestra salud, tanto física como emocional.

El periodismo, aunque no implica un esfuerzo físico extenuante, es un trabajo que desgasta profundamente a nivel psíquico, emocional e intelectual. La dedicación del 100% que exige la profesión, especialmente para quienes aspiran a la excelencia, conlleva sacrificios significativos, siendo el descanso adecuado uno de los más afectados.

Hemos sido testigos de la evolución del periodismo. Mientras algunos mantienen la esencia de la «vieja escuela», la realidad es que muchos se sienten atraídos por la televisión, seducidos por salarios atractivos y el dinamismo del medio. Sin embargo, la pantalla se ha llenado de nuevos rostros que, en ocasiones, solo llevan el título de periodista, careciendo de un análisis crítico e independiente, quedando su labor en mera retórica.

Un periodista que no cuestiona, no es un periodista; es un simple tramitador de la información.

Javier Yoplac

Volviendo al tema de la salud, y más allá de estas profundas reflexiones sobre este oficio o profesión, es imperativo que los periodistas, dada la intensidad de su trabajo, dediquen más tiempo al relax y al esparcimiento. De lo contrario, el tiempo pasa factura. La constante exposición y procesamiento de grandes volúmenes de información exige horas que a menudo se extienden más allá de la jornada laboral. Con el tiempo, se hace evidente la necesidad de haber priorizado el descanso, no solo por la apariencia física —pues el rostro refleja el cansancio—, sino por el bienestar general.

Jaime Chincha, con solo 48 años, a menudo aparentaba una edad mucho mayor y se le veía frecuentemente exhausto. Su destacada trayectoria, que abarcó más de 25 años desde fines de los 90 en programas clave como Canal N, 90 segundos, Cuarto Poder, Buenos Días, Perú y Octavo Mandamiento, es innegable. Pero, ¿qué hay más allá de este rotundo éxito profesional?

El periodista no solo lidia con la falta de descanso, sino también con presiones y amenazas constantes, especialmente al tocar temas que incomodan a políticos y empresarios corruptos. Es fácil sucumbir a la comodidad de ser un periodista servil, enfocado únicamente en la remuneración, pero eso conlleva un costo.

La muerte de Jaime Chincha nos invita a una profunda reflexión sobre cómo nos tratamos a nosotros mismos. Con frecuencia, nuestra salud queda relegada por la búsqueda de objetivos profesionales, olvidando que ambos aspectos deben ir de la mano.

Leer más:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *