Editorial: no se crea tan importante, señor alcalde

Editorial: Javier Yoplac (Pueblo Libre Tve)

El periodismo tiene el deber de informar y fiscalizar al poder. Cuando un alcalde intenta silenciarlo mediante la intimidación y la agresión, no solo ataca a un medio de comunicación, sino a la democracia y al derecho de los ciudadanos a estar informados. Lo ocurrido hace tres días en el local de Maestranza es la prueba más reciente de un alarmante patrón de hostigamiento que debemos denunciar.

Acudí a un almuerzo por el “Día del Trabajador Municipal” con la intención de cubrir el evento y difundir el trabajo de los obreros. Sin embargo, el encuentro se convirtió en una emboscada orquestada para ensalzar la figura del alcalde Stephen Haas Del Carpio, quien, en un vergonzoso abuso de su autoridad, me expulsó del lugar de forma humillante.

Este lamentable suceso no es un hecho aislado. Es el capítulo más reciente de una campaña sistemática de acoso contra nuestro medio (antes Léeme Digital, hoy Pueblo Libre Tve) desde que Haas Del Carpio utilizó el cargo.

Una cronología del acoso

Repasemos los hechos:

  1. Intento de censura en el Concejo Municipal: A pocos meses de iniciar su gestión, el alcalde intentó expulsarnos de una sesión pública, argumentando falsamente que estábamos demasiado cerca de la mesa directiva, a pesar de encontrarnos a la misma distancia que su propio personal de prensa.
  2. Represalias por denuncias: Tras publicar un reportaje sobre personal de fiscalización consumiendo alcohol en su local de trabajo, la primera reacción del alcalde fue bloqueándonos en WhatsApp. La respuesta a nuestro periodismo no fue una aclaración, sino un intento de cortar la comunicación.
  3. Judicialización como arma: Ante nuestra persistencia en informar, la gestión de Haas, a través del procurador Max Crespo Loayza, me interpuso una denuncia por difamación. La demanda exigía una reparación civil de S/ 500,000, una cifra desproporcionada cuyo único objetivo era intimidarnos y llevarnos a la quiebra. Ganamos el caso en primera instancia y llevamos más de diez meses esperando el dictamen final del juez Rodolfo Neyra Rojas.
  4. Agresiones físicas y amenazas: La violencia ha escalado al plano físico. Fui golpeado por, Ricardo Palomino Montes un funcionario municipal solo por fotografiarlo saliendo del municipio; increíblemente, esa misma persona fue luego designada Jefe de la Oficina de Integridad. He recibido amenazas de muerte a través de llamadas telefónicas —caso que la policía parece haber archivado— y he sido interceptado por un motociclista que, pistola en mano, me ordenó “no meterme con la gestión”. A esto se suma el robo de mi celular en un asalto que encaja sospechosamente en este patrón.

Un estilo de gobierno basado en la intimidación.

A esta cadena de agresiones se suman testimonios que hemos recibido de una fuente interna de la municipalidad. Dicha fuente afirma que el propio alcalde Haas habría dado órdenes a sus trabajadores de impedir mi acercamiento y de “palmearme la mano para tirarme el celular”. Se nos informa, además, de la presunta creación de ejércitos de troles para atacar en redes sociales a quienes critican su gestión y de un constante maltrato verbal hacia sus propios colaboradores.

Este comportamiento autoritario se sostiene gracias a un entorno de complicidad. Sabemos que cuenta con el apoyo de ciertos dirigentes vecinales, cuyas alianzas de conveniencia han sido una constante en nuestro distrito durante décadas, cambiando de lealtad según el alcalde de turno a cambio de favores, permisos de construcción o, simplemente, para evitar la fiscalización de sus negocios. Son alianzas basadas en el oportunismo, no en el bienestar de Pueblo Libre.

Ante esta situación, intenté solicitar garantías personales. El pedido, dirigido al entonces subprefecto de Lima, fue dilatado y finalmente derivado al actual subprefecto de Pueblo Libre, Ernesto Cacho Romero, señalado como cercano al alcalde, quien desestimó mi solicitud. El sistema que debería protegernos, nos da la espalda.

Basta de atropellos

Por todo lo expuesto, responsabilizo directamente al alcalde Stephen Haas Del Carpio de cualquier agresión, amenaza o atentado que pueda sufrir en el futuro. Su conducta no es la de un líder, sino la de alguien que ve en el periodismo a un enemigo.

Señor alcalde, su poder es temporal. Le queda solo un año de gestión y un historial de denuncias por malos manejos que seguirán su curso. Cuando usted regrese a Miraflores o Cieneguilla, nosotros, los periodistas y los vecinos que amamos Pueblo Libre, seguiremos aquí, trabajando por nuestro distrito. Usted solo será un mal recuerdo.

Pueblo Libre enfrenta tres graves problemas: la corrupción, la inseguridad ciudadana y tenerlo a usted como alcalde. Su presencia se ha convertido en un obstáculo para el progreso y la convivencia democrática.

Por ello, reitero mi llamado al Concejo Municipal para que evalúe la suspensión de sus funciones. Es imperativo que las investigaciones en su contra se realicen con transparencia, sin que usted pueda usar su cargo para entorpecer la justicia.

Como periodista con más de 20 años de trayectoria y como vecino, lamento tener que expresarme en estos términos. Pero el silencio sería cómplice. Pueblo Libre no merece más atropellos.

(Editorial publicado en Pueblo Libre Tve, el 8 de noviembre de 2021).

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